No le des fuego;
Yo me moví para poder respirar
No le des tierra;
Mis pulmones están a punto de reventar
No le des agua;
La carne del hueso debo roer
No le des aire;
La luz enfermiza no hace más que corromper
(En faldas de un pensamiento, descanso como un niño,
Pero me atrapo, capoto en dudas,
Como un vacío que no es un vacío, si no más bien un horizonte, infinito
El infinito puede dar miedo, se expande,
Y se le puede llamar nada
Una nada infinitamente vacía)
La suave caricia de una palabra
El descanso de un amor distinto
Los atardeceres desde otro mapa
La mirada ajena pero sonriente
No todo está (ni estará, espero) perdido
El amor es la ley.