Un momento, una idea y a escribir.
Sueño en casa ajena (Pasado #2)
Sueño en casa ajena (Pasado #2)

Sueño en casa ajena (Pasado #2)

Unas siluetas se deslizan por la grava 
en una noche sin estrellas;
conversan, intenta no tocarse
abrumados por el peso de una cuerda que se cortará (quebrando el presente)

(Labios que forma un círculo y un hueco en la oscuridad
péndulo, brisa que no se siente en la piel pero cala en los huesos)

Inútil es intentar comprender los sucesos y el tiempo
que retozan en una danza infinita
presos de una corriente que no para de arrastrarlo todo

(Preguntas en la oscuridad, jadeos
un sudor frío que baja por la espina dorsal
un espejismo confuso de deseo; amalgama)


Los ídolos atormentados buscan la paz detrás de una fractura;
sus cuerpos de terciopelo carnoso se derrumban ante el acto de pensar, de ahorcarse con la luz del sol
sus bocas se hacen una, se buscan en la desesperación de encontrar algo más que una experiencia
quizás una respuesta ante las dudas que carcomen el corazón

(No se sabe ni nunca se sabrá si aquello es un puño ensangrentado o una fotografía mal revelada de un atardecer antiguo)



La piel se está quemando;
silencio, mientras los sonidos se arrastran entre los cuerpos
silencio, si no tienes nada más que decir
silencio, aunque callar signifique una oleada interminable de dolor

¿Es esto la permanencia?
¿el deseo de vivir?

Asustan las miradas ajenas,
las fauces voraces del futuro
que poco a poco va cayendo
como bestia apocalíptica

El terror.

Afrenta contra el destino;
las piedras dejaron de brillar (caen como las estrellas del apocalipsis; frutos podridos que rebotan en la tierra)
yacen, inmóviles y arcaicas, como estas pupilas que flotan en un mar de hierba


El desvelo no trae ningún símbolo de paz,
solo cuerpos que se hallaron en un espacio conjunto de tristeza,
buscándose en un delirio simple, alimentado de alcohol y deseo
(el deseo de ser vistos y ser apreciados como un paisaje hermoso o una nube perfecta)

Una silueta desaparece del plano; ya es la hora de los gallos
y su sombra es dibujada en una pared por el sol, que se abalanza como un titán sobre lo cotidiano
(sus mejillas se tiñen de lágrimas, su cabeza grita de dolor y su corazón se desgarra de frío)

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