Mis dedos avanzan lentamente recorren valles invisibles asentados en la suavidad de tu piel no existe nada más que el infinito y nosotros envueltos en una tormenta que desborda la ternura El silencio, roto por nuestros susurros; se crea un nuevo lenguaje símbolos que bailan entre nuestras miradas anhelantes que claman, desgarran y muerden por más cercanía menos distancia hasta fundir cada palabra cada movimiento de cuerpo cada mirada cada saliva cada materia cada partícula inimaginable fundirse fundirnos crearnos destruirnos al son de lo que creo que es el concepto de amar